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Sea subindo de la Sé para el Castillo de São Jorge o hacendo el recorrido contrario, el mirador Portas do Sol es un lugar perfectamente localizado en la mitad de estes recorridos para una pausa improvisada.

Visitar el mirador es también una disculpa para apreciar los trazos genuinos de Lisboa en una vista fantástica para el frente oriental del Barrio de Alfama y del Río Tajo, el cual se extiende hasta la orilla del río en un singular laberinto de calles, escalerías y bocacalles. Del alto del mirador también es posible admirar las diversas cúpulas y diferentes arquitecturas de las iglesias de Santo Estêvão, São Miguel y São Vicente de Fora.

Estar en el mirador Portas do Sol es como estar en un balcón de casa, gracias a su ambiente acogedor y movido. Además de la vista digna de una tarjeta postal de Lisboa, en el mirador Portas do Sol podrá tomar un auténtico café portugués en el quiosco del mirador, ver el famoso tranvía 28 que pasa constantemente por el paraje enfrente e incluso conocer la estatua de São Vicente, protector de Lisboa, cogiendo la barca que es el símbolo de la capital.

Sugerencia Cool: cada trazo genuino de Lisboa, apreciado del alto del mirador, encanta quién por allá pasa. La sorpresa de la vista acontece al atardecer, cuando el sol se va y los colores de la arquitectura lisboeta reciben otra tonalidad.