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Lisboa es una ciudad conocida por sus colinas repletas de lugares privilegiados para ver la ciudad a través de una perspectiva singular. ¿Buscando una recompensa cuándo llegar al tope? Siga para el mirador Parque Eduardo VII.

Con un nombre que homenajea el rey inglés Eduardo VII, que habría viajado en 1903 hasta Lisboa en un gesto de aproximación de la firme alianza entre los dos países, el Parque Eduardo VII fue construido sobre una de las colinas más altas de la ciudad.

Considerado uno de los parques más extensos, entre la gran diversidad de ambientes hay un mirador con bellísimos paisajes que nos invitan a quedar. Desde cima hacia abajo se contempla la dimensión de un jardín verde y toda la extensión de Marquês do Pombal y de la Avenida da Liberdade, sin nunca perder de vista el Tajo y la Sierra de Arrábida. La variedad de paisajes es tanta que, a través de este mirador, es también posible acechar el Castillo de São Jorge.

Sugerencia Cool: en un paseo por el Parque Eduardo VII aconsejamos vivamente visitar la Estufa Fría, un espacio único y sorprendente.