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¿Ya imaginó un paseo histórico con vistas eclécticas de Lisboa en un único espacio? Es lo que oferta el Acueducto de las Aguas Libres en su trecho sobre el Valle de Alcântara, que une Campolide a Monsanto. Ésta es una obra notable de ingeniería hidráulica que fue construida con el propósito de traer agua para la región de Lisboa, a partir de la naciente de las Aguas Libres, en Belas. Pero, ahora… ¡deje de imaginar y venga a conocer!

La escasez de agua potable fue constante en años pasados. A pesar de Lisboa haber crecido junto al estuario del río Tajo, su agua es impropia para consumo, debido a los niveles de salinidad inadecuados. Fue ahí que la idea de aprovechar las aguas del valle de la ribera de Carenque, en la región de Belas, ganó fuerza.

Considerada la mayor obra pública de siempre en Portugal, con una extensión de 58 km, la construcción del Acueducto de las Aguas Libres sólo fue posible por un impuesto denominado “Real de Agua”, lanzado sobre bienes esenciales como el aceite, el vino y la carne. Por esa razón, la construcción del Acueducto fue considerada por la población de Lisboa como “un glorioso hecho del pueblo”, pues que fue el propio pueblo que financió la obra.

Una de las curiosidades de los pormenores de la arquitectura del Acueducto es que la construcción de la obra incorpora dos estilos: hasta Lisboa la estructura utilizada en su construcción es meramente utilitaria, designándose por estilo suelo. En el momento que el Acueducto entra en la ciudad, la estructura se solapa a la técnica, incluyendo elementos decorativos barrocos. La imponente arcaría del Valle de Alcântara, que tiene una extensión de 941 metros, es compuesta por 35 arcos, incluyendo entre estos, el mayor arco ojiva en piedra del mundo, con 65,29 metros de altura y 28,86 metros de anchura.

El Acueducto de las Aguas Libres fue uno de los mayores y más complejos sistemas de abastecimiento de agua del mundo. Se mantuvo en funcionamiento hasta la década de 60, habiendo sido definitivamente desactivado por la Compañía de las Aguas de Lisboa en 1967.

El Acueducto de las Aguas Libres es perfecto para quien busca un lugar histórico y con diferentes vistas de Lisboa. Un recorrido cool por el camino público sobre el acueducto es, sin duda, ¡una visita a no perder!

Sugerencia Cool: ¡no se olvide de llevar una botella para llenar de agua en uno de los bebedores dispuestos por el acueducto! Beba esa agua con un pasado histórico cool, mientras contempla Lisboa del alto a finales de la tarde con una fantástica puesta de sol como telón de fondo.