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Símbolo de la identidad portuguesa, el Panteón Nacional es un monumento emblemático que acoge y homenajea los grandes hombres y las grandes mujeres a quienes el país debe su reconocimiento. Una memoria que perpetúa y simboliza la más elevada honra póstuma concedida en Portugal. ¿Vamos a conocerlo?

La historia del Panteón Nacional presenta hechos curiosos sobre su agitado periodo de construcción, el cual es el resultado de las diversas eventualidades históricas sentidas por el país durante un periodo de casi 300 años.

Este proceso largo dio origen a la expresión popular “Obras de Santa Engrácia”, refiriéndose a todo aquello que es muy tardado o de conclusión improbable.

La arquitectura del Panteón Nacional es un ejemplar único del barroco en Portugal. Al construirlo, el arquitecto João Antunes se inspiró en las tendencias italianas, adoptando un proyecto arquitectónico innovador y que no tuvo continuidad en Portugal.

No deje de apreciar los pormenores en las paredes onduladas del Panteón Nacional ni la rica decoración con mármoles coloreados y embutidos en piedra. Tenemos también que llamar la atención para su monumental cúpula que se yergue aproximadamente a 80 metros del suelo.

Sugerimos que visite el Panteón Nacional sin prisas, para conseguir admirar todos los hechos históricos y los pormenores arquitectónicos que en él se encuentran. Destacamos aún la Nave Céntrica con su suntuosa decoración pétrea y las salas tumularias que acogen las personalidades distinguidas con Honras de Panteón, como la fadista portuguesa Amália Rodrigues, el general Humberto Delgado, antiguos presidentes y escritores portugueses, entre otros.

Una visita al Panteón Nacional es indispensable, no sólo por las características arquitectónicas e históricas, pero por todo el simbolismo que representa en la historia de Portugal.

Sugerencia Cool: la terraza, encimada por la monumental cúpula del Panteón Nacional, es de los más bellos miradores de Lisboa. Además de conocer la grandiosidad que este monumento representa en la historia nacional, disfrute de una perspectiva única de la ciudad, en especial del Barrio de Alfama y del río Tajo.