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Fundada en 1889, PAUL Bakery nació en el seno de una familia de agricultores franceses. Charlemagne Mayot y su esposa abrieron una pequeña pastelería cerca de Lille y luego su hijo se hizo cargo del negocio. En 1985 abrió su primera tienda fuera de Francia - el destino fue Barcelona. En la actualidad, PAUL está presente en 46 países y Portugal no es una excepción (¡afortunadamente!).

Varios tipos de pan, macarons, quiches, croissants y pain au chocolat son algunos de los manjares que encontramos en PAUL, en plena calle Augusta, justo en el centro de Lisboa. El ambiente nos lleva a una casa de té y ese es el pretexto ideal para quedarnos aquí un rato, entre dulces y conversaciones relajadas.

Manteniendo los valores de un negocio familiar, PAUL Bakery privilegia la tradición francesa y la calidad de cada ingrediente y receta. Si nos permite la sugerencia, recomendamos que no se quede por una sola visita, entre otras cosas porque va a querer probar los milhojas, las tartas de varios sabores, el pastel de manzana, los éclairs, los briochettes y los macarones. Para acompañar cualquier desayuno, el clásico té negro o el capuchino son nuestras sugerencias, pero si prefiere pasar a un almuerzo ligero, los sándwiches (¡en los más variados tipos de pan!), los croques y las ensaladas son igualmente agradables.

En cualquier caso, sabemos que recordará esta visita con cariño, incluso porque la experiencia de conocer una casa con más de 130 años de experiencia es algo que no se olvida.

Sugerencia Cool: PAUL Bakery también tiene un espacio cerca de la Bahía de Cascais. Sea cual sea la ubicación, no deje de disfrutar de la pastelería y el pan de origen francés.