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El sushi más puro y tradicional está en el Hikidashi, donde no hay fusiones, donde los platos presentados son típicamente japoneses y donde la experiencia comienza durante la preparación de los ingredientes, cortados con cuchillos artesanales japoneses.

El nombre del restaurante tiene dos significados: cajón y “cosas en el fuego”. Y sea cuál sea su interpretación, verá que se relaciona perfectamente con el espacio: primero porque el Hikidashi es un restaurante pequeño; segundo porque el menú no se limita a sushi y reúne diversos platos calientes confeccionados en una “robata”, que se enciende con carbón cubano aromatizado. E, independientemente de su elección, está garantizada la calidad y atención en cada plato. Proviene el sashimi hecho con 'toro' (barriga de atún), la sopa de miso y las espetadas y, para postre, escoja el pastel de queso de té verde con dulce de 'goiabada'.

En Hikidashi no hay mesas, solo un mostrador de madera con once metros de largura que separa el cliente del chef. Una vez que hay solo 22 lugares, acuérdese: para apreciar la verdadera experiencia en el restaurante, haga reserva.

Sugerencia Cool: Si tras la comida quedar con ganas de replicar los platos del chef, ¡no se preocupe! El restaurante tiene para venta los diferentes ingredientes necesarios, de las algas a la harina de tempura, pasando por la cerveza y el arroz – todo japonés.