Blog

La ciudad que guarda la desembocadura del rio Tajo tiene sus propias peculiaridades, y sus propios secretos y misterios. Algunos de ellos son desconocidos incluso para los propios habitantes de la ciudad. Aquí te mostramos las 7 que más nos llaman la atención:

Está prohibido dar de comer a las palomas | Para evitar que se reproduzcan y creen problemas de higiene o salud pública, la ley prohíbe que las palomas sean alimentadas con todo aquello que no sea su rutinaria dosis de maíz anticonceptivo.

“Las obras de Santa Engracia” tardaron 284 años | Más concretamente, de 1682 a 1966, lo que dio origen a la expresión popular “como las obras de Santa Engracia”, que se utiliza para referirse a algo que no llegará a suceder, o que tardará muchísimo en ocurrir 

Desde su fundación, Lisboa es una ciudad multicultural y multiétnica | Históricamente habitada por Tartessos, Celtas, Íberos, Fenicios, Griegos, Cartagineses, Romanos, Visigodos, Árabes y Cristianos, Lisboa se muestra como una ciudad con gran variedad de culturas y etnias.

El subsuelo de Lisboa contiene algunas sorpresas interesantes, como las Galerías Romanas | Las Galerias Romanas da Baixa son poco conocidas por los turistas e incluso por algunos vecinos, ya que abren al público únicamente durante tres días al año.

Los lisboetas son grandes admiradores del café | La cultura “del café” en Lisboa está muy extendida y por ello existen muchos nombres para diferenciar los diferentes tipos de café: pingado, garoto, cortado, carioca, abatanado, italiano, corto… ¡lo difícil es elegir!

En Belén hay dos edificaciones consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO |El Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belén poseen esa misma distinción concedida por la UNESCO, enriqueciendo aún más el patrimonio cultural de la ciudad.

El cuervo es considerado el guardián de la ciudad de Lisboa | Según cuenta la leyenda, D. Afonso Henriques (primer rey de Portugal) buscaba el cuerpo de San Vicente en la aldea donde estaba enterrado, pero no consiguió encontrarlo. Sin embargo, avistó una bandada de cuervos sobrevolando de forma insistente un mismo lugar, la ubicación exacta donde posteriormente fueron encontrados los restos mortales del santo. Durante su viaje de vuelta a Lisboa, el barco estuvo siempre acompañado y protegido por dos cuervos. Curioso, ¿a que sí?