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Cuando aún no existían automóviles, una señora se sentaba en la puerta de su tienda, al lado de un mercado, haciendo muñecas de trapo. D. Carlota recibía a los niños que paseaban con sus padres y sus abuelos y que aprovechaban para acechar las muñecas que hacía y reparaba. Así nació el Hospital de Muñecas.

En este espacio, que puede - ¡y debe! - ser visitado por los pequeños y los mayores, se hacen restauraciones, miniaturas, juguetes y piezas de vestuario, cabelleras y zapatos para las muñecas. El Hospital de Muñecas es un mundo diferente y hay incluso quien diga “si yo fuera un muñeco, me gustaría vivir aquí”.

El Museo reúne una colección envidiable de juguetes que nos hacen viajar al largo de los años y es imposible no sentir alguna nostalgia cuando lo visitamos. El Hospital de Muñecas nos invita a descubrir las tradiciones de los juegos de los niños que hoy son adultos y nos muestra que es posible recuperar nuestra muñeca de infancia favorita.

Sugerencia Cool: En el Hospital de Muñecas también se crean trajes de Carnaval y de época, para los más diversos eventos.